El viajero

Busia es una población relativamente  importante dividida por la frontera   de  Kenia, es decir una parte de Busia pertenece a Uganda y otra a Kenia. El hotel Rand, donde me alojo está en la parte de Uganda.

Busia no esta en la carretera principal que une Kampala con Nairobi, pero los camioneros, que se las saben todas, cortan por Busia para hacer el camino mas corto. Así la frontera por Busia es uno de los principales pasos.

El mayor tráfico lo producen los camiones cargados con petróleo. Este llega a Mombasa desde los Emiratos Arabes  en los petroleros y desde allí se distribuye a la Africa central, por esta vía.

Pero, en cuanto te alejas unos kilómetros de la carretera principal y única, la vida retrocede unos cuantos siglos. Las noticias de los conflictos, tanto del Norte con Koni, como del vecino Congo, os llegan a vosotros antes que a mi. Las distancias se miden en días y para que os hagais una idea , aunque Kampala está a 200 Kilometros, estoy a un dia.

Ayer estuve nuevamente en el Lago Victoria , y compramos una carpa del Nilo, viva.  Pesaba ocho kilos y nos costó 10 euros, porque aquí el pescado es bastante caro…Dejamos

 

 

 

la mitaden Butangasi, donde comimos. Jescar es de Butangasi y comimos  en el poblado de su familia. Allí, viven su padre,  que está jubilado, una tía y algunos primos. Cuando llegamos, enseguida nos saludaron y nos sacaron unos asientos  para que descansásemos y  nos ofrecieron agua fresca.

A continuación de un árbol cercano, sus primos adolescentes, tiraron con una larga vara  dos popos ( como dos melones) y Jescar los peló para comer. Luego nos sacaron batatas dulces, que son como boniatos y pescado pequeño, secado al sol.

Fuimos en un pika-pika, con su moto, disfrutando del paisaje, que es precioso. El camino ,rojo de polvo ,porque lleva más de un mes sin llover y como era domingo por la mañana, todo el mundo iba a misa, a las iglesias protestantes y  de Gospel, porque aquí no hay católicos de Roma, solamente anglicanos. La gente va con sus mejore galas, andando los caminos hasta las iglesias, que son grandes barracones de ladrillo.

Todo el territorio esta lleno de pequeños poblados donde a una distancia de entre doscientos y quinientos metros viven las distintas familias. Cada familia tiene su pequeño poblado que puede tener de tres a siete, o incluso diez cabañas,  @nyumbas@.  En el poblado de Jescar cada miembro de la familia tiene la suya. Lo tienen todo muy limpio:  es verdad que la limpieza no tiene nada que ver con la pobreza.

El suelo de las chozas es de tierra, amasada con estiercol de vaca, que hace como un yeso bastante consistente que se puede barrer sin levantar polvo, las paredes son del mismo material y  si está bien amasado no queda ningun orificio y no se crían bichos ni arañas.

Una persona se encarga de hacer la comida ( una mujer) y el resto ayudan. El marido no hace nada en la casa, está sentado  en la silla principal, o tumbado en una estera a la sombra y le sirven zumos, que aquí son jugos.

La mujer lleva el peso de la casa y trabaja en el campo.  El marido suele tener un trabajo en otro lugar, donde va cada día en bicicleta.

Después de comer fuimos a visitar al padre de Jescar, que vive en su nyumba a unos cien metros, debajo de unos árboles. Es un anciano, muy respetado, de unos setenta años, que como ya no tiene ganas de trabajar, no hace nada. Su cuñada le hace la comida y le lava la ropa.

Volvimos al anochecer, todavía con calor.

Esta entrada se publicó , el Lunes, 12 de enero de 2009 a las 8:23 horas y está guardada bajo General. Puedes seguir cualquier respuesta a esta entrada mediante el canal RSS 2.0. Están cerrados tanto los comentarios como los pings.